19 oct 2012

Gritar por ayuda, pero el frío, el dolor, se hace más grande, tu cuerpo se hace más pesado, ya no quieres abrir los ojos y pues entonces ya no puedes ni gritar.

Duele cuando los recuerdos te golpean, pues te van comiendo de a poco sin dejar ni un rastro y a veces quieres escapar, pues no te dejan dormir y en las mañanas amaneces toda adolorida y sin ganas de levantarte, y te dicen que lo dejes atrás, que debes olvidar lo, pero claro como si fuera tan sencillo.    Pues ellos están vivos en tu mente atormentándote.

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